Barcelona, 10 feb (EFE).- Indignadas, estupefactas, engañadas... así se sienten las familias de alumnos que estudiaron y estudian en los Maristas de Sants a medida que afloran nuevos casos de abusos por parte de varios profesores a lo largo de los años.
Ya son una docena de denuncias. Las últimas contra un monitor de comedor, de unos 30 años, que trabajaba en un edificio anexo a la escuela, acusado de abusar de cinco menores y que el propio centro denunció hace solo dos meses.
Una denuncia de la que no se informó a los padres y que se saldó con la libertad con cargos del monitor denunciado tras ser detenido por los Mossos.
La misma medida que tomó el juez para Joaquín Benítez, el profesor de gimnasia que tambien quedó en libertad tras reconocer haber abusado de sus alumnos a raíz de la denuncia de un padre que ha permitido destapar decenas de agresiones sexuales tras los muros de ese centro.
En 2003 una familia ya informó a la dirección que el profesor de gimnasia había abusado de su hijo. La denuncia no trascendió porque no se le dio credibilidad.
La dirección escolar ha emitido un comunicado para expresar su solidaridad con los afectados. Asegura que colaborará con la justicia para aclararlos y tomará medidas para que nunca más vuelva a pasar.
Las instituciones reconocen fallos. El Síndic de Greuges ha convocado una cumbre con Gobierno, jueces y fiscales para mejorar la aplicación de un protocolo que se ha demostrado inútil. Palabras clave: efe,escuela,abusos,barcelona